sábado, 4 de agosto de 2012

Historia de Alhaurín de la Torre: La cabaña protohistórica de Taralpe Alto.

José Antonio Santamaría García.
IX ciclo de Conferencias "Alhaurín y su Historia".
Jueves 11 de noviembre de 2010.
Título: "La cabaña Protohistórica de Taralpe Alto".



Aclaración: 

Este es el guión o chuleta que uno se prepara para hacer una conferencia, está claro que a la hora de la verdad lo dicho en esa conferencia difiere un poco de lo que uno pretende al hacerse el guión, de todas maneras, podría valer a modo de texto.



Preámbulo.

Buenas tardes o más bien buenas noches, es un grato placer inaugurar este ciclo de conferencias en su novena edición sobre la historia de Alhaurín de la Torre. De verdad para mi significa mucho estar invitado por esta Delegación y este ayuntamiento para poder disertar sobre la historia de nuestro pueblo.

Gracias Manuel López por tus gestiones, gracias Marina Bravo por tu predisposición y colaboración para sacar este proyecto adelante y tu presentación, Gracias Luis Bravo por tu entusiasmo, entrega y apoyo; gracias también como no a José Manuel de Molina, pues cuando el proyecto estaba en punto muerto por dificultades técnicas de difícil solución, supiste involucrar de manera totalmente desinteresada al arquitecto Francisco Javier Palomo Ruiz, Carlos Rielves más que un ayudante en la excavación un amigo con un gran ingenio y una mente muy clara… 

Doy también las gracias por venir a los políticos de la corporación, alcalde Joaquín Villanova, y a todos lo que se encuentran en esta sala… Antes de nada y antes de entrar en materia propiamente dicha, os comento que me es tremendamente difícil hablar de excavaciones arqueológicas y de cultura material arqueológica sin utilizar un sin fin de términos técnicos que no suelen ser conocidos por la mayoría de las personas que no están introducidas en el mundo de la investigación de la antigüedad. Puesto que no estamos dentro de unas jornadas científicas sobre arqueología pura y dura sino más bien en unas jornadas a nivel general sobre la historia de nuestro término municipal, voy a intentar suprimir al máximo esa terminología, pero aun así hay términos como protohistoria, orientalizante, fenicio, cata, sondeo, prospección… que necesariamente tenemos que utilizar. 
 

Pido perdón de antemano si en algún momento de mi narración el texto se hace demasiado técnico y/o científico.

El título de esta comunicación “La cabaña protohistórica de Taralpe Alto. Intervención arqueológica de urgencia” se corresponde con los resultados parciales de una excavación arqueológica que se realizó durante el año 2010, en la zona de Taralpe Alta o Peralta.

En este proyecto además han colaborado distintas personas e instituciones, que de una manera u otra han hecho posible que lo que, en un principio, parecía un imposible, sea hoy una realidad con unos resultados espectaculares, vaya desde aquí mi más sincero agradecimiento a todos ellos. 

Me voy a permitir la licencia de salirme un poco de esta excavación y os voy a contar los antecedentes de este hallazgo, que se remontan al año 2002. En ese año se proyecta la construcción de la circunvalación de Alhaurín de la Torre, carretera Comarcal 344 hoy llamada A-404, que se hace para descongestionar de trafico la travesía urbana de Alhaurín.

Se comienzan las obras y los desmontes en su trazado, ante esta circunstancia y al tener noticias de que pasaba por las cercanías de varios emplazamientos arqueológicos, procedimos a hacer una visita al recorrido, más que nada para matar la curiosidad, y de paso para ver la posible afección de estos por los trabajos en la obra. 
 

Hay que decir que esta obra, hasta donde nosotros sabemos, no contó con ningún trabajo previo de prospección arqueológica, que a buen seguro hubiera documentado los enclaves de los que posteriormente hablaremos.

Así tras examinar las inmediaciones de uno de los posibles yacimientos afectados, que en este caso era y es una villa romana, que es conocido como Peralta o Taralpe, realizamos el descubrimiento de varios yacimientos arqueológicos inéditos de distinta importancia y de diversas cronologías. 

Hago un inciso y recuerdo que esta villa fue excavada parcialmente en el 2003, tiene una amplia cronología que va del siglo I al V D.C. y entre sus restos constructivos se documentó un mosaico con motivos geométricos, actualmente todo se encuentra otra vez enterrado.

Los hallazgos arqueológicos se sucedieron por casi todo el recorrido de esta carretera, no sólo en las inmediaciones de la finca Peralta. Así en los alrededores de la Venta el Santo Cristo afectaron a un poblado Calcolítico en fase avanzada con campaniforme, publicado previamente en el XXIII Congreso Nacional de Arqueología, celebrado en la ciudad de Elche en 1995. 
 

En la siguiente rotonda en dirección hacia Alhaurín el Grande apareció material cerámico romano y los restos de una galería, que hoy se encuentra en el terraplén de la rotonda, obstruido por piedras, que pudiera corresponderse con una mina de captación de aguas, posiblemente vinculado al pozo y sistema hidráulico de D. Pedro Rico. En la rotonda del punto limpio se documentaron cerámicas de posible cronología prehistórica, sin poder precisar más, en el ramal secundario que sube hacia las canteras del Pinar se documentó cerámicas claramente romanas, en fin, en casi todo el recorrido se sucedieron los hallazgos. 
 

Volviendo a las inmediaciones de la finca Peralta, la carretera partió por la mitad la finca donde se ubica la villa romana, sin embargo, no parece que afectara a este yacimiento o no nos han quedado evidencias de ello, subiendo en dirección a la Venta Vázquez, subiendo quedaría a la izquierda de la carretera, cortó una pequeña loma realizándose sobre ella movimientos de tierra y rebajes que dejaron un terraplén de algo menos de 2 metros de altura. 

 

En el que pudimos apreciar algunos amorfos de cerámica a mano, algunos fragmentos de cerámica a torno y algunos fragmentos cerámicos vidriados modernos, el material era tan poco significativo que no le dimos mayor importancia por ser poco encuadrable cronológicamente y muy escaso. 


Algo más para arriba, justo al pasar la última rotonda de la circunvalación, donde se une la propia circunvalación y la travesía urbana que viene de Pinos, otra vez a mano izquierda, si vamos en dirección a Alhaurín el Grande, nos llamó la atención la aparición de restos de conchas marinas, examinado más detenidamente este terraplén dejado por los desmontes del terreno, localizamos los restos de un cráneo, que determinamos como humano y relacionado con el varias piedras que identificamos como posible cubrición de una tumba. 

Se procedió a notificar el hallazgo al Ayuntamiento y a Delegación de Obras Públicas de la Junta de Andalucía y a la Delegación de Cultura de La Junta de Andalucía en Málaga. 
 

Tras recabar toda la documentación necesaria conseguimos los permisos de excavación y en junio realizamos una pequeña excavación en la que se intervino sobre la sepultura. 
 

Los resultados de dicha intervención fueron presentados a la delegación de cultura de la Junta, una vez terminada la intervención y solventada la urgencia arqueológica. 
 

Documentamos una sola tumba cuyas características más importantes detallamos a continuación de forma resumida. El nivel de cubierta de la tumba se correspondería con la U.E. 4, nivel muy alterado por las remociones de tierras que arrancaron parcialmente las lajas de cubrición. La tumba propiamente dicha se documentó en la U.E.5, nivel de tierras marrones muy arenosa y ligeramente compactada.


Descripción de la inhumación:

La cubierta de la tumba estuvo formada por un nivel de lajas de piedras más o menos horizontal, con una ligera inclinación Norte-Sur. Reforzadas por cantos de pequeño tamaño que se localizaron en la cabecera y pies de la tumba, debajo de esta cubierta nos encontramos una fosa de 1,70 m por 0.46m de ancho ligeramente ovalada, dentro de la cual se depositó el esqueleto de un individuo de edad adulta, enterrado en decúbito supino, es decir boca arriba, con la cabeza asentada sobre un ligero reborde o escalón. 


La posición de enterramiento es cuando menos forzada, se observa cierto acomodo de los restos a la fosa, documentando un hombro 10 cm. más alto que el otro, y las piernas muestran una ligera flexión. No se ha recuperado ningún tipo de ajuar funerario. 



El individuo enterrado aquí tenía una edad aproximada de 40 años, por el estudio de piezas dentales, y era de sexo masculino; por el tipo de enterramiento cubierto con lajas de piedra, el escalón sobre la que descansa la cabeza, debe de corresponderse con una cronología posterior al siglo II d. C. y una adscripción cronocultural dentro del mundo tardo romano o altomedieval preislámico. 



 
Bien pudiera estar relacionada con el poblamiento de la villa romana de Taralpe o Peralta, de hecho, están muy cerca, no llega a 1 Km. También se procedió a limpiar unas lajas de piedras que se observaban en horizontal, que finalmente se correspondieron con un afloramiento natural. 



La cabaña protohistórica.

Pero lo fundamental de esta comunicación son los restos que pasaron desapercibidos en el 2002, las lluvias que se produjeron en el año 2010 se caracterizaron por la abundancia y a la concentración en un corto periodo de tiempo. 

Esto hecho generó que el terreno se empapase de líquido, y que en muchos casos no fuera capaz de absorber esa cantidad de agua, lo que ha originado innumerables corrimientos y desplazamientos de terreno, Alhaurín de la Torre, cuenta con un importante sustrato geológico de base que se caracteriza por un alto componente arcilloso, margas y arcillas pliocénicas, que son enormemente plásticas y correosas, y con una coloración verde amarillenta.




Este yacimiento se encuentra en un cerro de estas características, y es lo que ha motivado un corrimiento de tierra, que ha generado la aparición de una concentración de material arqueológico que nos permitió conocer algo más la naturaleza del yacimiento, constatamos la aparición en el perfil del derrumbe de restos de un nivel arqueológico claramente identificable por su color grisáceo, y en el que se apreciaban los restos materiales.

Entre el material examinado en este primer momento localizamos material cerámico realizado a mano, material cerámico realizado a torno, restos óseos muy fragmentados, varias fusayolas, varias laminitas líticas… un examen más en profundidad del material nos deparo la presencia de material con restos de engobe rojo, de clara filiación fenicia. 
 
Desde un primer momento nos planteamos la naturaleza del yacimiento como una posible tumba de incineración de esta época protohistórica que hubiera sido descubierta casualmente por las obras.

Procedimos a notificar, una vez más, nuestros hallazgos a todas las administraciones implicadas, Delegación de cultura del ayuntamiento de Alhaurín de la Torre, Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, y Delegación de Obras Públicas de la Junta que es la propietaria de parte de los terrenos, a esta institución se le solicitó además permiso como propietario para realizar la intervención, conseguidos todos los permisos comenzamos la intervención a mediados de Julio, y desde entonces y hasta finales de ese año se realizaron los trabajos en el yacimiento.


Hay que decir que la intervención la hemos venido compaginando con nuestra actividad laboral, por lo que hemos estado trabajando solo los sábados por la tarde y todo el domingo. El trabajo autorizado en esta intervención en un primer momento consistió en la realización de un sondeo de 2 m. x 1 m. y en la regularización del terraplén donde se apreciaban los restos y el nivel arqueológico y la recogida mediante cribado del material desplazado por la erosión del cerro. 

El sondeo lo denominamos corte uno (C-1) y en el hemos realizado la excavación mediante la sucesión de levantamiento de capas de tierra de varios centímetros respetando los distintos estratos o niveles, numerándolos y consignándolos en su correspondiente documentación en foto y ficha descriptiva.
 

La excavación ha dado varios niveles arqueológicos o estratos, siendo el que nos interesa el que hemos denominado U.E. 3, Unidad Estratigráfica 3. Se caracteriza este nivel por una coloración que es grisácea tirando al negro, con un fuerte componente orgánico, evidencia inequívoca de la utilización humana.



A continuación, os voy a dar unas leves referencias sobre él, material propiamente dicho, que se ha recuperado hasta ahora en la intervención; quiero comentaros que el área intervenida es muy pequeña y que podríamos hablar de menos de 1000 artefactos recuperados en total, lo cual no es poco para el espacio sondeado, pero si quizás para sacar grandes conclusiones al respecto. 

La cultura material que se ha recuperado de la excavación la podemos dividir en varios grupos bien diferenciados: cerámica, restos líticos, restos faunísticos, malacológicos, antracológicos, carbones y metal. 

Los restos cerámicos lo dividimos según su manufactura: A mano y a torno. Más del 80% de la cerámica recuperada durante la intervención se corresponde con cerámica realizada a mano.

Cerámica.

En cerámica a mano, predominan las formas de uso doméstico y de almacenamiento, con una mayoría de piezas sin ningún tipo de motivo decorativo, de carácter eminentemente funcional. El tipo de barro utilizado permite interpretar que se fabricaron en la zona. 
 

La forma abierta mejor representada son los cuencos o vasos hemiesféricos, en esta forma tenemos documentada una amplia variedad de terminaciones de labios o bordes: engrosados, biselados de perfil recto, y algún vaso carenado.

Entre las formas cerradas, destacan las ollas, con perfiles de tendencia globular, fondo plano y borde vuelto. Los grandes recipientes contenedores aparecen también, son estas piezas de un gran grosor de paredes, perfil en S y bordes acampanados y desarrollados, con superficie poco cuidada.

La cerámica a mano presenta por lo general un tratamiento de las superficies que va desde las más groseras a las alisadas o pulidas, que se suelen reservar para las formas abiertas.
 
En cuanto a motivos decorativos aparecen los arquetipos de esta época, con motivos incisos, escobillados y líneas de digitaciones o impresiones. Los motivos decorativos suelen ser motivos geométricos y líneas paralelas. La cocción de las piezas a mano es irregular, producida en hornos poco complejos, que no conseguían altas temperaturas, por lo que la cerámica se presenta extremadamente frágil, pues se deshace y desgrana fácilmente, lo que dificulta enormemente el proceso de identificación de las formas recuperadas, así como su conservación. 
 

En cuanto a las piezas recuperadas y realizada a torno, corresponden al abanico habitual de las producciones fenicias occidentales. Destaca una amplia variedad de fragmentos amorfos de cuerpos de vasijas, sin tratamiento, o bizcochadas, pintadas y con restos de engobe rojo. 




Tenemos representadas formas de almacenamiento, con dos asas de ánforas tipo R-1 o ánfora de saco, varios fondos, y abundantes fragmentos de galbos y de carenas atribuibles a la misma forma. En el sector C-3 hemos podido recuperar fragmentos de bordes triangulares, rectos y desarrollados, del tipo conocido como Chorreras, que nos permite dar una cronología a partir de la segunda mitad del siglo VIII. Otra forma relacionada con el almacenamiento y que documentamos son los denominados pithoi. De esta forma destaca un fragmento de pared con asa geminada, y varios ejemplares de cuello exvasado y labio apuntado. 
 


En vasijas de mesa destacarían los cuencos y los platos, en muchos casos decorados con el característico engobe rojo. Los cuencos presentan perfil simple, y borde engrosado, y los platos son especialmente interesantes por su valor cronológico, ya que el fragmento mejor conservado presenta un labio que no alcanza los 3cm, típico de estas piezas en momentos avanzados del siglo VIII A.C. 
 

De estos momentos arcaicos de la colonización fenicia son a su vez unos pequeños contenedores, de paredes rectas, borde exvasado una sola asa, que pudieron contener ungüentos o aceites, los conocidos como dipper jug.

También hemos podido recuperar algunos fragmentos pertenecientes a lucernas, con algún trozo de la zona de mecha, con o sin tratamiento de engobe rojo, parecen corresponderse a las más antiguas de una sola mecha. También están presentes ollas, sin tratamiento, típicamente fenicias. 
 

Las piezas fenicias no son muy variadas tipológicamente, siendo esta circunstancia habitual en los yacimientos indígenas que están estableciendo relaciones con el mundo colonial oriental. Un buen ejemplo de ello serían el asentamiento de Acinipo, en Ronda, y los yacimientos orientalizantes de Granada, como Moraleda de Zafayona. 
 

Las partículas utilizadas para darle consistencia al barro, llamadas desgrasantes, indican que se trata de vasijas confeccionadas en la zona litoral de Málaga, muy posiblemente en el propio asentamiento fenicio arcaico del Cerro del Villar, donde las últimas investigaciones han documentado la presencia de hornos cerámicos funcionando precisamente en estas fechas de finales del siglo VIII A.C. 
 

Restos óseos y de malacofauna y carbones.

Hemos de reseñar el alto grado de fragmentación de los restos óseos recuperados, siendo su tamaño de esquirlas muy pequeñas, sin embargo también es verdad que hemos podido recuperar varios restos de considerable tamaño, siendo quizás lo más significativo los restos de un maxilar inferior, posiblemente de bóvido o Bos Taurus , y algunas piezas dentales sueltas también de bóvido, un colmillo completo sin poder identificar su filiación y restos de un hueso de pelvis o cadera, pero este último en muy mal estado de conservación. No podemos ser más concretos con otros animales representados, a falta del estudio arqueozológico definitivo. 
 

Destaca en este grupo por cantidad y por estado de conservación la malacofauna, hemos podido recuperar restos muy numerosos, las especies más representadas porcentualmente son la concha fina o Glycimeris insubrica. Y el corruco o Acanthocardia tuberculata o molusco bivalvo con concha estriada. 


Las conchas recuperadas presentan una particularidad muy determinante e importante y es que el Umbo o parte trasera se encuentra muy desgastada o erosionada, lo que revela que fueron recogidas ya muertas, posiblemente de la playa, y no tuvieron uso alimenticio, lo que puede indicar que se hubiesen usado con carácter ornamental, quizás para la construcción de suelos, práctica muy habitual en los yacimientos coetáneos indígenas de las tierras malagueñas. Tenemos bien representado el “murex” posiblemente de la clase Murex brandaris o más conocida popularmente como cañailla, y algunos fragmentos muy pequeños de mejillón común o Mytilus edulis, hecho lógico pues esta concha al ser más fina es extremadamente frágil. 


En Caracol terrestre tenemos representado Helix Aspersa o caracol común. 
 


Restos líticos.

Tenemos constancia del hallazgo de dos laminitas líticas recuperadas del terraplén, sin embargo, durante la excavación los restos líticos han sido casi inexistentes, y consisten en dos restos minúsculos, esquirlas que evidencian el uso y la manufactura humana. No obstante, se está constando la presencia de este tipo de industrias en los yacimientos orientalizantes de Andalucía.

Restos metálicos o metalúrgicos.


La verdad sea dicha que no esperábamos encontrar ningún resto metálico en la excavación pues teníamos noticias de que varias personas con detectores de metales habían pasado por la zona, por lo que no nos hacíamos ilusiones al respecto, sin embargo, el resultado de nuestra intervención ha sido tremendamente positivo, pues hemos tenido hallazgos que sin ser muy numerosos si han sido muy importantes, especialmente a nivel científico.

La pieza más espectacular sin duda alguna ha sido una pulsera realizada en bronce en perfecto estado de conservación, aunque necesita de un tratamiento de limpieza y de consolidación.

Se ha realizado con una varilla de este metal, de sección rectangular, doblada sobre sí misma. Hemos localizado dos fragmentitos metálicos también de bronce de sección cilíndrica que podrían corresponderse con los restos de una aguja o punzón. Restos de un objeto metálico de hierro en muy mal estado de conservación y restos de una escoria con contenido de hierro. Este material resulta de gran valor para la investigación, porque permitirá conocer la importancia de la minería y metalurgia de finales de la prehistoria en la provincia de Málaga.


Para conocer la naturaleza de la aleación empleada, así como los posibles lugares de abastecimiento de mineral, el Centro Superior de Investigaciones Científicas de Madrid CSIC, está trabajando actualmente con ellos.

Para la interpretación de la naturaleza de este estrato, ha sido fundamental la sorpresa que nos ha deparado la limpieza del terraplén, tras iniciar su regularización y perfilado empezó a aparecer lo que a todas luces parece corresponderse con una gran fosa u hoyo, de perfil lenticular, excavado en el subsuelo geológico.


Conforme se avanzó en la regularización de dicho terraplén y perfil constatamos la continuación de dicha fosa, y tras varios días de limpieza pudimos finalmente documentar en sección completa una cubeta ligeramente excavada en el subsuelo con casi 6 m. lineales en el perfil que nos refleja claramente la sección de lo que se podría identificar como un fondo de cabaña. 
 

La sorpresa ha sido mayúscula, pues con la escasa superficie investigada del yacimiento, parecía imposible identificar su naturaleza, que, en principio, y con el material de superficie disponible, se había llegado a pensar que se tratase simplemente de una posible tumba de incineración, con escaso material, pasando a convertirse en lo que podemos interpretar como parte de una importante vivienda o cabaña con su base excavada en la roca. 
 

Este tipo de construcción es muy típica de la época protohistórica, se conocen muchos paralelos, siendo quizás los más cercanos los que recientemente se han excavado bajo el subsuelo de Cártama o de la Plaza de San Pablo en la Trinidad de Málaga, como norma general suelen ser cabañas circulares u ovaladas con un diámetro que ronda los 6 m. presentan un ligero hundimiento o fosa donde se asientan, sobre los perfiles del terraplén se adosan muros de piedra o de adobe a modo de corta vientos, las cubiertas suelen ser realizadas con ramas y estas son revestidas de barro para que sean algo más impermeables, en nuestro caso no hemos encontrados ni muros de piedra ni adobe, ni ninguna evidencia de cubrición ni de esos revestimientos de barro. Aunque eso no quiere decir que no existieran, simplemente que no lo hemos podido documentar. 
 

Ante la espectacularidad y singularidad de los restos arqueológicos, el material es muy rico y muy variado. Hemos consultado con expertos del DAI (Instituto Arqueológico Alemán), y del CEFYP de la Universidad Complutense de Madrid, y se han mostrado muy interesados e impresionados por el hallazgo.
 

De acuerdo con el arqueólogo inspector de la Junta de Andalucía, se llegó a la conclusión de que sería tremendamente interesante intentar localizar en superficie la delimitación real en extensión de la fosa o cubeta de la cabaña, con el fin de determinar qué porcentaje de cabaña queda por excavar y que porcentaje se ha perdido, con tal fin hemos continuado la intervención, realizando la retirada de tierra o capa superficial en los alrededores de C-1, tanto a su izquierda zona que hemos denominado C-2, como a su derecha, zona denominada C-3, esta fase consiste en localizar la cabaña, pero sin realizar la excavación de su contenido. 
 

El material recuperado en C-2 y C-3 no difiere con el ajuar recuperado en C-1, siendo C-3 mucho más prolífico en hallazgos y más significativos culturalmente.

Comento desde aquí que nuestra intención es pedir una segunda campaña de excavación sobre la cabaña y el entorno del terraplén, y de hecho se están barajando colaboraciones con instituciones anteriormente mencionadas especializadas en el mundo fenicio. 


Problemas de conservación a que se enfrentan estos restos arqueológicos. 

El yacimiento se encuentra ubicado en un cerro con pendiente, que se ha acentuado por el desmonte y recorte artificial del terraplén de la carretera, y su composición es arcillosa y tremendamente plástica, sobre el incide negativamente las lluvia produciendo deslizamientos, este hecho fue el que permitió localizar el yacimiento, durante la excavación de C-1 hemos podido localizar una serie de grietas documentadas en los perfiles que son cuanto menos preocupantes, pues reflejan el desgajamiento de grandes bloques de terreno, que se van a seguir deslizando y que a la larga generara la perdida de la cabaña y de su contenido.

Este hecho lo hemos podido corroborar en lo que hemos denominado con zona de limpieza C-3. Donde podemos apreciar dichas grietas.

Las medidas de protección que hemos realizado creemos que solventan momentáneamente esta erosión, pero somos conscientes de que a la larga el cerro y su parte alta se terminara derrumbando sobre la calzada. 

De ahí la importancia y la urgencia de plantear una segunda campaña, antes de que la naturaleza actúe y perdamos este yacimiento y la información que conserva.

Hemos tapado o cubierto C-1 con geotextil y rellenado su interior con tierra, para el terraplén hemos optado por realizar un enmallado mediante rejilla metálica de toda la sección, posteriormente hemos rellenado con tierra, y para rematar la pendiente con gravilla del 2. Para reforzar su contorno hemos utilizado el refuerzo con piedras, excavando tres canales de desagüe en el terraplén, que han sido recubiertos también de piedra. C-2 y C-3 han sido recubiertos con geotextil y vuelto a tapar con tierra.



A MODO DE CONCLUSIÓN:

Tenemos un tipo de yacimiento que es difícil de localizar en superficie, por su reducido tamaño, en este caso hablamos de unos 6 m. de diámetro, recordemos además que se trata de estructuras muy efímeras, con muros muy frágiles y con techos muy perecederos, por lo que una vez que son abandonados y que la estructura se hunde casi desaparece, quedando una oquedad en el suelo que el propio paso del tiempo se encarga de hacer desaparecer. 
 

El material arqueológico nos permite dar una primera cronología para el yacimiento que lo sitúa en torno a momentos avanzados del siglo VIII A.C., en una fase de Edad del Hierro Antiguo I. Hace aproximadamente unos 2700 años desde el presente. Hemos recuperado innumerables muestras orgánicas que nos permitirían realizar dataciones absolutas por el método del carbono 14 (C-14), mucho más exactas, pero de momento no contamos con recursos económicos para poderlas mandar a analizar.

Este yacimiento se correspondería, casi con toda seguridad, con una unidad familiar de época protohistórica, que podríamos denominar población indígena, y muy posiblemente formaría parte de un poblado más amplio. Asentamientos como éstos, de tradición prehistórica, son los que establecerían relaciones directas con los colonizadores de la costa que serían los fenicios y luego los púnicos.

Este tipo de yacimiento suele presentar una serie de evidencias que nos hablan de su actividad económica, la propia situación del yacimiento nos da muchas pistas al respecto: se encuentra dominando una amplia zona de cultivo, con lo que el componente agropecuario está perfectamente atestiguado, además como antes decíamos se documentan fragmentos cerámicos que se corresponden con fondos y cuerpos de grandes vasijas realizadas a mano de gran grosor cuya funcionalidad es de almacenamiento, se encuentra justo encima de un nacimiento de agua, que hoy se aprovecha mediante una fuente y alberca. Se encuentra muy cerca de la sierra de Mijas, en cuyo piedemonte descansa, por lo que el pastoreo y la caza son perfectamente corroborables, además el pastoreo o la ganadería la hemos documentado con la mandíbula de bóvido o vaca, especie ya doméstica en esta época.

Otro hecho de trascendental importancia es el hallazgo de un fragmento de escoria de hierro, lo que refleja la utilización del espacio para transformación de material metálico en bruto en material manufacturado, además no debemos de olvidar las cercanías del espacio conocido como los Llanos de la Plata, a una distancia de 4 Km. Aproximadamente, lugar donde se explota mediante minas, vetas de plomo y de plata, aunque no hay evidencias directas de su aprovechamiento en el yacimiento el dato queda dicho, tampoco hemos de olvidar las minas de hierro de la zona del Cortijo del Almendral, y sierra Llana, que aunque algo más alejadas algo más de 5 Km. En línea recta, pudieron ser aprovechadas en esta época. 
 

Hablamos de lejanía y quizás andemos errados completamente, pues no debemos de olvidar la gran cantidad de conchas de distintos moluscos recogidas durante la excavación y que nos habla de su frecuente recolección en la playa, la cual se encuentra a unos 10 km, bajando en dirección a Churriana y siguiendo hacia la zona del campo de Golf, por lo que la relación de estas comunidades con el ambiente costero debía ser muy frecuentes. 
 

Otra actividad económica que ha sido una sorpresa por la cantidad de elementos recuperado, ha sido lo que podríamos llamar “industria textil”, aunque quizás el término de industria no sea el más adecuado, han aparecido mas de treinta de fusayolas, que nos indican la presencia de un telar, al mismo tiempo han aparecido una buena cantidad de fragmentos de ejemplares de murex o conchas de cañaíllas, que aparte de estar muy buenas, se utilizan para la elaboración de tintes, que aportan el característico color púrpura. 


La presencia de telares dentro de las cabañas protohistóricas es bien conocida en otros asentamientos coetáneos, aunque la extraordinaria presencia de estas pesas de telar en la cabaña de Taralpe nos puede hacer pensar que esta actividad pudo alcanzar en este lugar importantes dimensiones, superando lo exclusivamente doméstico. 

La significativa presencia de cerámicas a torno que podríamos llamar “extranjera” entre comillas y para que nos entendamos: no son realizadas en el propio yacimiento, refleja intercambios o si queréis llamarlo comercio con otra cultura completamente distinta a esta, que serían las colonias comerciales fenicias asentadas en las zonas costeras de Andalucía, en este caso hablamos, por proximidad, del Cerro del Villar, una de las más importantes de estas, y situada en de la desembocadura del río Guadalhorce. 
 

En este yacimiento estamos justo en ese momento en el que el mundo fenicio “contamina” al mundo protohistórico indígena y comienzan a cambiar cosas, Con el tiempo se pasará de cabaña circular u ovalada excavada en el subsuelo a construcciones con muros rectos y ángulos, con suelos como tal, con zócalos, con paredes con alzados…, se desarrollará la tecnología de la explotación de hierro, el torno de alfarero, nuevos cultivos en extensión, como el almendro o la vid… 

Pero eso ya es otra historia…
Y otros yacimientos distintos…
Del que hoy nos ocupa…