viernes, 16 de junio de 2017

Un yacimiento calcolítico en Alhaurín de la Torre.



ACTAS DEL XXIII CONGRESO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA.




UN NUEVO ASENTAMIENTO AL AIRE LIBRE EN EL «CERRO DE LA CUEVA DE LA PISTOLA», ALHAURÍN DE LA TORRE (MÁLAGA).



José Antonio Santamaría García, 
Luis-Efrén Fernández Rodríguez, 
Francisco José Rodríguez Vinceiro.



La comunicación que ahora presentamos pretende dar a conocer un nuevo asentamiento al aire libre que viene a ampliar el censo de asentamientos correspondientes a las postrimerías del Calcolítico que circundan la Bahía de Málaga. Su descubrimiento fue casual y coincidió con el desarrollo de la segunda fase de prospecciones superficiales encaminadas al estudio de la arqueometalurgía prehistórica en el Bético de Málaga, proyecto hoy reprogramado en función de los resultados obtenidos. Su aparición centró nuestro interés por varios motivos, aunque fundamentalmente nos interesó su emplazamiento en función de su capacidad por proximidad de control de recursos y por su cronología y ambiente cultural, enmarcado durante las primeras fases de desarrollo del horizonte campaniforme en este sector geográfico (Rodríguez y otros,1992).



Nunca abundaremos lo bastante en la gran fragmentación del mosaico geográfico provincial. En efecto, la complejidad de la estructura geológica de esta zona de Málaga ha generado una tortuosa orografía y un paisaje que transmite al espectador una notable impresión de compartimentación. Los limites meridionales de las sierras del Subbético, la presencia de los mantos maláguides del Bético que descienden directamente sobre la línea de costa y la cuenca baja de la red hidrográfica que ordena el rio Guadalhorce, junto a un litoral con escaso desarrollo de las planicies costeras, configuran un espacio natural contrastado pero bien articulado desde la perspectiva del poblamiento humano, en razón de las comunicaciones que posibilitan los cauces abiertos por los principales colectores, el Guadalhorce y su principal tributario el rio Campanillas.



El yacimiento denominado 'de la Cueva de la Pistola' se encuentra situado en el término municipal de Alhaurín de la Torre, dominando la zona más alejada de la margen derecha del rio Guadalhorce, a caballo entre sus terrazas más antiguas y el piedemonte de la sierra de Cártama. Litológicamente es el dominio de los mármoles que configuran la sierra, recubiertos por mantos aluviales y coluviales de irregular distribución, así como por ocasionales coladas de calizas travertínicas, en las que de forma ocasional se abren pequeñas cavidades de disolución que albergan materiales arqueológicos arrastrados hasta ellas por gravedad al amparo de las múltiples fisuras de las calizas cuaternarias. El origen de estos travertinos hay que buscarlo en el efecto de descarga de los acuíferos de la sierra, evidentemente en momentos climáticos distintos y con un régimen hidrológico mayor. Su cota, tanto absoluta como relativa es escasa, aunque su condición de balcón sobre los terrenos de aluvión le confiere una amplia visibilidad sobre la cuenca baja del río y, en consecuencia, sobre gran parte de la hoya de Málaga. Por otra parte, su posición es privilegiada para el control frontal de la vía del rio Campanillas, cuyo enlace con el Guadalhorce se produce en la vertical del asentamiento.








El estado de conservación del yacimiento resulta deplorable desde el punto de vista de la investigación, atravesado por una carretera comarcal (MA-307), con laderas muy lavadas por la escorrentía que ha permitido aflorar la roca madre en buena parte de su superficie, Por este motivo, el material recuperado durante la prospección superficial evidencia una fuerte exposición a los agentes erosivos, con elevados índices de rodamiento y concreción que sólo se modifica en los escasos ejemplares que fueron protegidos por las fisuras del travertino y que, recientemente han quedado expuestas. De cualquier forma, pese alas notables alteraciones del terreno, motivadas por la proximidad de la carretera y por el laboreo agrícola, todavía podemos intuir el emplazamiento del yacimiento sobre la caída suavemente aterrazada de la mesa travertínica, ajustándose a la curva de los 100 metros sobre el nivel del mar, constituyendo un asentamiento de pequeño tamaño, ya que no supera las dos hectáreas de superficie.



Una vez comprobada la existencia de indicios de metalurgia de cobre en el perímetro del asentamiento, procedimos a efectuar una prospección superficial intensiva con objeto de determinar en la medida de lo posible la importancia de los trabajos metalúrgicos y su ámbito de distribución en el yacimiento. Muy pronto pudimos comprobar que la acción combinada de los agentes erosivos naturales y antrópicos habían arrasado los sedimentos arqueológicos, por lo que los trabajos se convirtieron prácticamente en un salvamento de urgencia de los escasos restos que aún podían observarse en el terreno. A continuación haremos una sucinta exposición de los resultados obtenidos durante la campaña de prospecciones.



LOS RESTOS MATERIALES



Desde el punto de vista de la arqueometalurgía prehistórica los datos, aunque escasos, resultan muy significativos, pudiendo observarse en superficie dos gotas residuo del proceso de fundición y un elemento metálico subrectangular, bastante espeso, con 10 gramos de peso y que muy bien puede interpretarse como un pequeño lingote, ante la complicada tarea de adscribirlo a uno u otro tipo de elementos metálicos funcionales de los hasta ahora son conocidos, aunque no puede descartarse su pertenencia a algún tipo de pieza, que desde luego, estaría muy fragmentada o deformada.



OBJ.          REFERENCIA.   PESO              METAL    DIMENSIÓN      CONSERV.

Gota                C.P.-1            2 Grs.               Cu            0.8 x 0.6 x 0,4          Buena

Gota                C.P.-2           17 Grs.             Cu            0.9 x 0.8 x 0,6          Buena

Lingote(frag.)C.P.-3            10 Grs.              Cu            2.4 x 1.5 x 0,6         Mala



Número de objetos metálicos            3          Peso total 13,7 Grs.

Número de restos minerales               0          Peso  total  0    Grs.



En lo que se refiere a la industria lítica, se han recuperado un número elevado de restos, hasta completar los 357 grs., de ellos, la mayor parte son desechos de talla o restos nucleares o nodulares agotados y muy fragmentarios. Domina el sílex gris, patinado con una fina película blanca. De forma residual aparecen sílex marrones y negros con pátinas rojizas por oxidación que resultan también de gran calidad. Esporádícamente se han reconocido diversas lascas nucleares en cuarcita roja de gran consistencia En todos los casos la concreción es escasa y el rodamiento casi nulo. En lo referente a los útiles, destaca la industria laminar, con retoques de uso en los costados que figuran de manera bastante irregular, pudiendo completarse con muescas retocadas, truncaduras o escotaduras en extremo de las hojas y frentes de raspador clásico en las áreas distales de las hojas de mayor tamaño. Básicamente el conjunto responde a lo observado también en otros yacimientos de la zona en los que también se observa el empleo ocasional de lascas de cuarcitas, sin duda para tareas bastante específicas (El Castillejo, Almogía; Los Peñones, Colmenar) (Rodríguez y otros, 1994).



En rocas con buenas condiciones de abrasividad o susceptibles de ser sometidas a procesos de pulimentado, hemos recuperado un amplio conjunto de piezas trabajadas, tanto para alisar como para abrasionar superficies líticas o pieles (adobadores), los alisadores se ejecutan sobre filitas y calizas alabeadas bien trabajadas, normalmente con morfología oblonga. Los adobadores son de dolerita y de morfología subcircular. Entre lo que son herramientas propiamente dichas destaca un filo de azuela monobiselada y dos hachas martillo con evidentes señales de percusión. En todos los casos se realizaron en diabasas de grano fino y verdoso, de gran dureza originarias del Bético-maláguide. No es descabellado atribuir a algunas de estas piezas cierta relación con trabajos terciaríos dentro del proceso metalúrgico, tanto por su morfología y forma de utilización como por la presencia de piezas similares en todos los yacimientos con laboreo del cobre bien documentado, Los Peñones de Colmenar (Baldomero y otros, 1990), Cerro de la Peluca (Málaga) (Ferrer y otros, 1987), El Castillejo de Almogía (Rodríguez y otros, 1993) y la Peña de Los Enamorados de Antequera (Suárez y otros, 1991).








Como ya es tradicional en los yacimientos de este momento, la cerámica es el hallazgo más frecuente, las fuertes remociones y el potencial abrasivo de la erosión de ladera acarrea la presencia de unos restos muy fragmentados, rodados y seriamente afectados por las concreciones calcáreas motivadas por la química propia del suelo.



Pesas de telar: se encontró media pesa rectangular con una sola perforación en uno de los extremos. La elaboración es tosca, aunque fue cocida y la pasta se desgrasó con abundante calcita finamente triturada que afloró a la superficie una vez alisada. Existen abundantes restos de este tipo de pesas que M. Pellicer denominó de placa y que se encuentran con una gran frecuencia en los niveles calcolíticos de la Cueva de Nerja, tanto con una perforación en cada extremo como en nuestro ejemplar como con dos perforaciones (Jordá y otros, 1986).



Se detectaron dos fragmentos amorfos en cerámicas burdas, alisadas, soportando mamelones aplicados de base ovalada o subcircular y cúspides cónicas, con dimensiones medias para el encaje de los vasos en trípodes o elementos afines. Son los únicos elementos de sujeción recuperados.



Una parte importante de las piezas obtenidas está constituida por objetos que habitualmente se relacionan con el consumo de derivados por molturación de una producción cerealística que suponemos en rápida emergencia. En efecto, el grupo tipológico de platos y fuentes está bien representado. El inventario alcanza a cinco fragmentos que con ligeros matices formales responden a la clásica forma de labios salientes, engrosados por el interior y biselados en la faceta interna; ocasionalmente se marcan al interior, exterior o en ambas caras. Técnicamente dominan las superficies rojas o marrones, bien bruñidas en sus zonas internas, con superficies externas ligeramente descuidadas. Las cocciones son generalmente oxidantes y los desgrasantes muy frecuentes, de tamaño medio y con alternancia de sílices y calcitas más o menos molturadas. En uno de los casos aparece un lañado por barrenado en la zona superior del labio.



Curiosamente, uno de los grupos más frecuentes es en nuestro conjunto de los más extraños, se trata de un sólo ejemplar de olla de cuerpo globular, elemento de escaso tamaño (8 crn. de diámetro), bien bruñido con pasta depurada, compacta y fuego reductor con ligeros fogonazos. Tampoco son piezas muy abundantes los cacharros de paredes verticales, con representantes también de escasas dimensiones y factura dispar.



Sólo se conoce un único ejemplar de cazuelas semiesféricas de gran tamaño, presentando un tratamiento alisado y una pasta que muestra gruesos desgrasantes y factura descuidada.



Los cuencos semiesféricos, de casquete esférico y las escudillas constituyen el grupo más abundante del ajuar recuperado (10 fragmentos significativos). Sus tamaños oscilan desde las piezas muy reducidas hasta otras que podrían identificarse por tamaño y funcionalidad con platos de perfil sencillo. Presentan unifomiidad en cuanto al tratamiento, normalmente bruñido; en cuanto a las pastas son depuradas y compactas, con desgrasantes finos, preparados, abundantes y generalmente de naturaleza calcárea. En cambio, en lo que se refiere a las coloraciones de las superficies y a los fuegos de cocción, se observa gran variabilidad. En el primer caso, las tonalidades se reparten en la banda del gris al amarillo, con diversas gradaciones de marnones y rojos, En el segundo caso, los fuegos reductores y oxidantes, irregulares en muchos casos, se reparten al 50%.



Golletes: Un sólo caso, rojo, bruñido, oxidante, con desgrasante de calcita molturada fina y triturada que da una pasta compacta de gran calidad, su diámetro es de 10 cm. siendo su morfología cilíndrica y abriéndose en su base en lo que debe ser un cuerpo globuloso. Se han documentado numerosos paralelos para estas formas, sobre todo en Cerro García (Marqués, 1986), El Castillejo (Rodríguez y otros, 1993), Aratispi (Perdiguero, 1987), entre otros.



Gran interés por su valor cronológico y para las precisiones culturales es el hallazgo de cerámicas decoradas. En todos los casos (dos fragmentos amorfos), se identifican con piezas del estilo campaniforme marítimo clásico, a base de motivos impresos en bandas paralelas separadas por áreas de reserva libres de decoración. En un caso se ha conservado la impresión rellena de pasta blanca. Los fuegos son oxidantes, las superficies amarillas y bien bruñidas con desgrasantes finos y calizos, se trata por tanto de cerámicas bien elaboradas en relación a las demás, circunstancia que nos hace intuir un posible origen externo para estas piezas, opinión que ya ha sido frecuentemente vertida entorno a los campaniformes más antiguos aparecidos en los ambientes geográficos de directa influencia del área que aquí estudiamos. El tipo de pastas, el tratamiento de las superficies y las cocciones son semejantes a las descubiertas en otros poblados de similar cronología, este dato, convenientemente corroborado con las analíticas especificas podría fijar un origen alóctono de estas cerámicas, al menos para los momentos de su introducción.



El volumen total de material cerámico sin forma, fondos, galbos etc. se estima en 5,300 Kgr. de material.



MARCO ECONÓMICO



El potencial económico del asentamiento debe ser de gran interés. Por el momento sólo podemos intuir su importante acercamiento a los recursos pecuarios propiciados por la cercana presencia del piedemonte de la sierra, y la proximidad a la vega baja del Guadalhorce. La presencia de un caudal de agua constante tan cercana seguramente permitió un proceso de cultivos escalonado con un tránsito gradual del regadío al secano similar al que se observa en la actualidad, aunque, evidentemente de menor intensidad. Es interesante relacionar los estudios paleogeográficos que afectan a la desembocadura del rio (Aubet, 1986). Estos estudios, aunque realizados para momentos protohistóricos resultan comparativamente interesantes ya que fijan la desembocadura relativamente cerca de nuestro asentamiento, dato que redunda en la potencial explotación de recursos marinos, explotación que se comprueba en asentamientos coetáneos del interior (Los Peñones, Colmenar y El Castillejo, Almogía -en este último caso con evidencias estratigráficas-) con la recogida y consumo de coquina (Donax s.p.).



No obstante, el proyecto que posibilitó su estudio se centra en el análisis del potencial minerometalúrgico de la zona. Si bien los terrenos sobre los que se emplaza no son los apropiados como depósitos de minerales cupríferos, si están relativamente cerca de los metalotectos de los mantos maláguides, con los que se relaciona tanto por cercanía como por contacto visual directo.



Aunque importante para evaluar el uso potencial que de los recursos minero-metalúrgicos cercanos hizo el asentamiento, reduciremos aqui a un breve apunte el análisis mineralógico del metalotecto más cercano, el Bético de Málaga, pues éste se encuentra expuesto con suficiente amplitud en otras publicaciones (Fernández y otros, 1993 y en prensa; Rodríguez y otros, 1991, 1992 y en prensa; Rodríguez y Femández, en prensa).



La región de los Montes de Málaga, que coincide con lo que geológicamente Blumenthal definió como Bético de Málaga, es una zona montañosa situada en la proximidad inmediata de la costa mediterránea y entre los ríos Guadalhorce y Vélez, centrada entorno a la ciudad de Málaga, y que estructuralmente forma parte de las zonas internas de las Cordilleras Béticas, en concreto del Complejo Maláguide, que aunque se localiza en otros ámbitos geográficos (Vélez-Rubio, Almeria; Huétor- Santillán, Granada) adquiere aquí su máximo desarrollo.



Existen dentro del Complejo Maláguide multitud de indicios correspondientes a metalizaciones de cobre con paragénesis de calcopirita, malaquita y azurita principalmente, de carácter filoniano y diseminado, en general de escasa potencia y extensión pero que afloran con cierta persistencia a lo largo de los terrenos pertenecientes a esta unidad y que en algunas zonas puntuales pueden alcanzar el rango de yacimientos. Sobre ellos se realizó en época prehistórica una labor extractiva de pequeño rango pero suficiente para cubrir las necesidades locales que tenemos atestiguada a través de diversas explotaciones mineras.



El papel concreto que jugó este asentamiento dentro del patrón económico que podemos diseñar en función de la actividad metalúrgica está aún por dilucidar. No obstante, por su situación, podríamos considerar que, a pesar de no haber encontrado eu la prospección restos minerales en bruto o parcialmente reducidos en el perímetro del asentamiento, las actividades metalúrgicas se abordaron desde estrategias de explotación directa del medio, y no mediante mecanismos de suministro indirecto, más propios de zonas deficitarias en estos recursos. Del análisis de la relación posible, a través de vías de comunicación naturales, entre este poblado y los diversos afloramientos minerales y minas documentados en su cercanía se desprende, como posibilidad que habrá que contrastar mediante análisis de isótopos de plomo, la misma conclusión. Efectivamente, el Cerro de la Cueva de la Pistola domina el tramo inferior del Guadalhorce en el punto en que a éste vierte sus aguas su tributario el Arroyo del Valle, constituyendo una vía de penetración rápida y cómoda hacia los afloramientos mencionados. Sin embargo, no se observa una decidida influencia de este recurso a la hora de elegir la ubicación del asentamiento, más volcado hacia el aprovechamiento de recurso agropecuarios, quizá porque sus limitadas necesidades permitían un abastecimiento no continuado.



Relacionados con este sistema de explotación disponemos de dos yacimientos que combinan en su perímetro la presencia de un asentamiento y un punto de explotación minero dedicado ala extracción de carbonatos para su posterior reducción. Se trata de los establecimientos del Cerro de La Peluca y de la Colina de los Asperones. En ambos casos, el poblamiento se vincula a los limites entre las tierras bajas de la vega y las estribaciones maláguides, Esta circunstancia les ha facilitado el acceso, presumiblemente fortuito a fuentes para la extracción de mineral de gran interés.



El Cerro de La Peluca está sobradamente estudiado, comprendiendo un asentamiento que culturalmente abarca las fases iniciales y medias de la edad del Bronce, con un complejo sistema de necrópolis en cistas que circunda su área de directa explotación económica (lo que también afecta a los puntos de extracción minera).



Las características de la mineralización se definen por un ambiente de areniscas del permotrias con intrusiones de cuarzo sedimentario y morfología de impregnación, siendo las paragénesis del cuarzo presentes malaquita, azurita y terrorita de una ley alta. Es destacable la facilidad de acceso a la mena, dada la naturaleza del soporte encajante (Rodríguez y otros, 1994).



La extracción de mineral responde a un procedimiento que podemos considerar como antiguo. No poseemos trazas de utilización de procedimientos barrenados de elaboración. Los trabajos se iniciaron con un corte frontal siguiendo los avenamientos cuarzosos a los que se liga la mineralización que recorren las fisuras de la arenisca encajante.



La distancia entre este posible punto de aprovisionamiento y el Cerro de la Cueva de La Pistola es de 8 Km. en linea recta, con franco contacto visual y el único impedimento de localizar un punto en el que el Guadalhorce sea cómodamente vadeable.



Colina de Los Asperones. Más proximidad física y, presumiblemente cronocultural debió existir respecto al asentamiento y zona minera de Los Asperones.



En no pocas ocasiones este yacimiento aparece identificado como cueva, pero la realidad es que se trata de un asentamiento al aire libre, emplazado sobre una pequeña

elevación del terreno rematada por una corona calcárea carente de actividad kárstica. Su ubicación responde a una estrategia clara de control de recursos agropecuarios, en el limite justo entre los depósitos aluviales horizontales y las últimas estribaciones de los montes. A esto hay que añadir la presencia en las cercanías de potentes mineralizaciones que incluyen baritina y cobre (en forma de carbonatos, concretamente malaquita). La baritina fue objeto de explotación intensiva en la zona durante las dos primeras décadas de este siglo, lo que ha contribuido también a enmascarar la morfología del poblado. En el poblado se encuentran restos de platos de labio engrosado por ambas caras o una de ellas, hachas y azuelas, sílex y algunos restos de malaquita en bruto.



En vista de que el punto exacto de ubicación del asentamiento se sitúa sobre las formaciones carbonatadas que coronan el Maláguide y no constituyen metalotecto idó-

neo, podemos pensar que fueron transportados de forma intencional desde alguno de los muchos afloramientos que se sitúan entorno al hábitat calcolítico en un radio inferior a un kilómetro.



La distancia entre este poblado y el que en este texto nos interesa se reduce ahora a los 5 Km. lineales que, en este caso, también son reales ya que sólo les separa la zona de vega carente de relieves, circunstancia que también contribuye a la existencia de un contacto visual directo. Este asentamiento se encuentra mucho más emparentado con el Cerro de la Cueva de la Pistola, tanto en dimensiones como en cultura material y patrón de asentamiento. Todo ello hace factible la existencia de una relación entre ambos que, de forma preliminar, parece innegable.



INTERPRETACIONES CULTURALES



El horizonte que se define por la presencia de cerámicas campaniformes que, en primera instancia pertenecerán al estilo decorativo que se viene definiendo como «marítimo››, responde a los estímulos e influjos que discurren en sentido noroeste-sureste, circulando por las vías que facilita la red hidrográfica del Guadalquivir, hasta alcanzar las tierras orientales del Mediodía Andaluz, Este fenómeno inicialmente centrado en el ámbito de la desembocadura del Tajo no seria anterior al 2.000 BC., debiendo ser la cronología de estos materiales en el ámbito malagueño algo más baja, aunque tampoco pensamos que mucho más en vista de las cronologías absolutas obtenidas en yacimientos de áreas circundantes (Arribas y otros, 1 986).



Las primeras campañas de nuestro proyecto de investigación demostraron que muy probablemente existió en el «hinterland›› malagueño una relación entre la adopción de estos tipos cerámicos y la generalización del uso de técnicas metalúrgicas en el seno de los propios asentamientos que, lógicamente, se encuentran muy cerca o a distancia relativamente accesible de los metalotectos que sirven de base a esta actividad (Femández y otros, 1991 Suárez y otros, 1991; Rodríguez y otros, 1994).



Todo indica, ante la información que aquí damos a conocer que el proceso documentado en el interior también reproduce esquemas de desarrollo similares en las zonas donde la franja litoral se ensancha, sea de forma natural o forzada por la presencia de algún colector importante (Guadalhorce~Hoya de Málaga). En lo sucesivo será necesario revisar determinadas zonas como la cuenca baja del Guadalhorce que, quizás debido a la proximidad de la capital provincial se han prospectado de una forma muy dirigida y ocasionalmente dejando grandes espacios físicos y culturales.



De cualquiera de las maneras, sólo estaremos en disposición de acercamos a la realidad de este poblamiento a medida que estos datos recogidos en prospecciones superficiales, en su mayor parte, se vean contrastadas con series estratigráficas obtenidas mediante excavaciones sistemáticas realizadas con la precisión necesaria. Por el momento, sólo disponemos de sondeos puntuales en yacimientos muy determinados (Castillejo de Almogía) (Rodríguez, 1994). Sus resultados, aunque importantes por su condición de primeros, aún esperan la contrastación que les otorgue plena validez en relación a estratigrafías de ambientes y momentos cronológicos y culturales similares.





BIBLIOGRAFÍA



ARRIBAS, A. y otros., (1986), «New bell beaker discoveries in the Southeast Iberian peninsula», Bell Beakers of the Westerrn Mediterranean. British Archaeological Research. 331, Oxford, 129- 146.

AUBET, M.E. y CARULLA, N. (1986): «El asentamiento fenicio-púnico del Cerro del Villar: arqueología y paleogeografía del Guadalhorce y de su hinterland››. Anuarios de Arqueología Andaluza, 1986, 11. 425-430.

BALDOMERO NAVARRO, A y FERRER PALMA, LE. (1990): «Prospección arqueológica en el sector oriental de la Depresión de Colmenar». Baetica, 122. 110-121.

FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, L.E. y otros (1993) : «Prospección Arqueo-metalúrgica de la Provincia de Málaga:Campaña de 1990. El Sector sur-occidental del Maláguide››.Anuario Arqueológico de Andalucia H, 1990. 131-137.

FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, L-E. y otros (En prensa); «Proyecto de prospección superficial arqueometalúrgica de la provincia de Málaga. HI campaña: Prospección arqueológica superficial en la zona nor-oriental del Bético de Málaga». Anuario Arqueológico de Andalucía, 1991, l 1.

FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, L.-E. Y otros (en prensa): «La Depresión de Colmenar-Periana como ruta de paso entre el “hinterland” y la costa malagueña durante el Cobre Pleno/Cobre Reciente y Bronce Antiguo», en Actas del XXI Congreso Nacional de Arqueología (Teruel, 1991).

FERRER PALMA, J. y otros (1990): «Excavaciones sistemáticas en el Cerro de La Peluca (Málaga), Campaña de 1987». Anuario Arqueológico de Andalucía, 1987: 262-267.

JORDA, F. y otros (1986): La Prehistoria de la Cueva de Nerja (Málaga). Trabajos sobre la Cueva de Nerja no 1. Málaga.

MARQUES MERELO, 1. (1986): «Materiales de la Edad del Cobre procedentes del Cerro García (Casabermeja, Málaga)››. Baetica, 8:149-164.

PERDIGUERO LÓPEZ, M., (1990), «Un Asentamiento Calcolítico en Aratispi (Cauche el Viejo, Antequera)››, Mainake XI-Xll, Málaga, 57-79.

RODRÍGUEZ VINCEIRO, F.J. y otros (1991): «Prospección arqueornetalúrgica de la provincia de Málaga: Campaña de 1989. El sector nor-occidental del Maláguide». Anuario Arqueológico de Andalucía II, 1989 :7~80.

RODRÍGUEZ VINCEIRO, F.J. y otros (1992): «Estado actual de la investigación arqueometalúrgica prehistórica en la provincia de Málaga». Trabajos de Prehistoria, 49:

217-242.

RODRÍGUEZ VINCEIRO, FJ. y otros (en prensa): «Memoria científica definitiva de la prospección arqueometalúrgica del Bético de Málaga». Informes y Memorias de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

RODRÍGUEZ VINCEIRO, FJ. y FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, L.E. (en prensa): «La explotación de recursos minero-metalúrgicos cupriferos durante la Prehistoria Reciente en el Bético de Málaga». Actas dela 1” Reunión de Trabajo sobre Aprovisionamiento de Recursos Lítícos en la Prehistoria. (En prensa).

SUAREZ PADILLA, J. y otros (en prensa): «La Peña de Los Enamorados de Antequera (ladera oeste). Un importante enclave en la meseta del Genil hacia la Andalucía oriental», en Actas del XXI Congreso Nacional de Arqueologia (Teruel,1991).








martes, 13 de junio de 2017

Estudio de las monedas encontradas en la excavación de la Casa del Conde. Alhaurín de la Torre.



Con el único fin de difundir, aún más, los trabajos de naturaleza arqueológica realizados en Alhaurín de la Torre, os dejamos el texto presentado al XV Congreso Nacional de Numismática celebrado en el Museo Arqueólogico Nacional, en octubre del año 2014. 



Esta comunicación ha salido publicada,  con posterioridad, en las actas del congreso. (Edición digital:  RCM-FNMT. ISBN: 978-84-89157-73-6).






Estudio numismático y arqueométrico de los hallazgos monetarios de la Casa del Conde (Alhaurín de la Torre - Málaga)



José L. Caro, José M. Compaña, José A. Santamaría.





Resumen

Durante el año 2013 se realizó una campaña arqueológica en la llamada Casa del Conde, situada en Alhaurín de la Torre (Málaga), vivienda de los administradores de Gutierre Gómez de Fuensalida al cual, tras la toma de Alhaurín de la Torre (1485), se le asignan tierras en despoblado de Laolín, Alaolin o Laulin, tal como aparece en los Repartimientos de Málaga a partir de 1489.  En la presente comunicación se realizará el estudio numismático de los  hallazgos numismáticos que permitieron datar uno de los suelos de habitación de la vivienda entre los siglos XVI y XVII, contextualizándolos en el momento histórico al que pertenece el yacimiento y su entorno económico (en estos momentos de crisis estudiando sus resellos). Por otro lado, se presentará un estudio arqueométrico utilizando Microscopía Electrónica de Barrido (SEM-EDX)  prestando especial interés al contenido en plata que pudieran tener.



Abstract

During 2013 an archaeological campaign was conducted at the Casa del Conde, located in Alhaurín de la Torre (Malaga), house of the managers of Gutierre Gomez de Fuensalida to whom, after the conquest of Alhaurín de la Torre (1485), lands on the depopulated Laolín, Alaolin or Laulin were assigned, as shown in the Repartimientos of Malaga from 1489. In this communication, the numismatic study of the coins found findings enable us to date one of the house floors between the 16th and 17th centuries, thus contextualizing them in their historical moment and its economic environment (studying their countermarks). On the other hand, an archaeometric study has been carried out by using Scanning Electron Microscopy (SEM-EDX), paying special attention to their possible silver content.






1. Contexto Arqueológico

El actual emplazamiento del casco urbano de Alhaurín de la Torre, no es ni mucho menos un emplazamiento de origen moderno, este lugar hunde sus raíces al menos en la Edad Media, a los momentos finales de Al-Andalús. Sabemos por los repartimientos realizados de la zona a partir del año de 1489 que se debió de llamar Laulin. La alquería de Laulin cuenta con la particularidad de haberse asentado en las inmediaciones de un camino medieval, incluso romano, de cierta envergadura e importancia que se dirigiría hacia Ronda.  Esta alquería se asienta sobre un terreno con grandes escarpes o escalones, así justo por encima del emplazamiento que ocupó había un escarpe que se correspondería aproximadamente con la parte trasera de la calle Salvador Rueda y calle Nogal. Es en este espacio donde hay una caída abrupta del terreno. El otro gran escalón seria el comprendido entre calle Cantarranas y calle Mezquita y zona del parque. El espacio intermedio es donde debió de ubicarse la población de Laulin y es donde se encuentra el edificio en cuestión.



Al hecho de ubicarse en las inmediaciones de una importante fuente de comunicación hemos de unir varios elementos que a buen seguro hicieron idóneo este emplazamiento como asentamiento. El lugar tiene un amplio dominio visual y estratégico del entorno, se asienta sobre zonas altas que dominan amplias zonas de cultivo, pero quizás el elemento mas determinante y condicionante es la gran reserva de agua subterránea de la zona, que convenientemente trabajada y canalizada va a permitir irrigar amplias zonas de terrenos que pasaran así su condición de secano a regadío, las fuentes y nacimientos de agua en nuestra Sierra de Mijas son numerosos y de gran caudal, pero el que es el detonante definitivo para Alhaurín es el de la Fuenseca, caudal que mediante obras de ingeniería hidráulica va regando huertas a su paso por nuestras tierras hasta llegar a unir sus aguas con el arroyo del Valle, justo por debajo de la zona popularmente conocida antiguamente como Algarrobal  más recientemente como Callejones.



El origen musulmán de este emplazamiento parece claro, pero podemos afirmar algo más, atendiendo a investigaciones históricas realizadas, que apuntan a un origen bereber de su fundación, y su topónimo tendría mucho que ver con el clan o tribu bereber que la fundo, el clan Hawara, que por deformación y con el transcurso de los siglos mutaría en otros topónimos hasta llegar a Laulin.



Algunos historiadores nos dan algunos detalles de este pequeño núcleo de población musulmán y de su posterior asentamiento cristiano tras la repoblación. López de Coca nos dice que Laulin casi no pasaría de ser una mera alquería y que muchas de estas pequeñas poblaciones abandonadas por los musulmanes no volverían a ser habitadas: “muchas de las localidades abandonadas no serán objeto de repoblación más tarde, pues los cristianos que arriben a estas tierras tenderán a concentrarse en determinados lugares al modo de la Baja Andalucía. Así van a permanecer yermas Pupiana, Guaro, LAULIN, Fadula, Benamaquis…”.



Sabemos  por documentos del Archivo Municipal de Málaga que todo el territorio comprendido en lo que hoy es el término municipal de Alhaurín de la Torre, pasa a formar parte administrativamente de Málaga capital al ser asignado como caudal de propios del Concejo de Málaga.





Figura 1. Legajo 226. Carpeta 2. Fecha de 11 de Octubre de 1501. Quinta línea: “osuna, la fuentgirola, cartama, xuriana, laulin, pupiana…” Archivo Municipal de Málaga. 



Gracias al complejo sistema hidráulico de irrigación implantado por los musulmanes nuestras tierras fueron tremendamente rentables por su alto rendimiento, además gracias al mencionado sistema de irrigación mediante canales y acequias, y aprovechando la fuerza motriz del agua, unido al los desniveles del terreno se asientan diversos complejos molineros objeto de reparto cristiano.  Por transcripciones, Bejarano Robles, F., sabemos que Laulin debía de tener, al menos en sus alrededores varios molinos. Sin entrar en más detalles los alrededores del casco urbano se encuentran rodeados de restos de dichas construcciones. Otros investigadores afirman que el número de molinos y de lugares de molino de esta primera época cristiana pudo rondar la decena.





Figura 2. Planimetría del casco urbano de Alhaurín de la Torre, del archivo del Catastro del Marques de Ensenada, de 1751.



Una vez más López de Coca nos da más información sobre Laulin, diciendo que no pasaría de ser una mera aldea: “Ante todo, tener muy presente que, salvo Fadala, Benamaquis y, quizás, Laulin, el resto no pasan de meras alquerías a las que de comprobarse en ellas la existencia de oratorios, podría atribuirse una población mínima de 12 familias.”



La Alquería de Laulin, llamada Barrio Viejo, fue consignada en el catálogo de yacimientos arqueológicos de Alhaurín de la Torre allá por 1998,  y posteriormente incluida en la Base de Datos de Patrimonio Inmueble de Andalucía, Municipio Alhaurín de la Torre, signatura 290070072. Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Junta de Andalucía, documentación publicada en la Web de la Junta de Andalucía.



Dentro de este singular espacio histórico que es el casco antiguo de Alhaurín de la Torre, las diversas fuentes historiográficas y los propios investigadores citan varios edificios de carácter singular que merecen ser comentados por separados pese a formar parte de ese incipiente núcleo de población de finales de la época medieval y que continua en uso hasta nuestros días.



Por un lado, tenemos la propia iglesia parroquial de San Sebastián, autorizada su construcción a principios del siglo XVI, que casi con toda seguridad debió de asentarse sobre los restos de una mezquita cuya existencia aparece en las fuentes archivísticas. Otro de los edificios importantes o singulares sería  la mencionada torre o atalaya que desde la parte más alta de la alquería presidía esta siendo utilizada como espacio de protección de vigilancia, de almacén, como edificio de uso noble… Otro de los edificios que aparecen en las fuentes es el que hoy se llama Casa del Conde.



La casa del Conde es un edificio que, como su nombre indica, fue residencia y edificio principal por lo menos de la aldea Cristiana.  La familia de los Laso de la Vega se hace con una parte muy importante de nuestro término municipal mediante compra y los propios repartimientos de los Reyes Católicos. Ellos son los que durante, buena parte de la época moderna de nuestro pueblo, van a gobernarlo como auténticos señores con plenos poderes. 





Figura 3. Representación de la Casa del Conde, extractado del plano del casco urbano de Alhaurín de la Torre del Catastro del Marqués de Ensenada, de 1751.



Este edificio pasó a ser residencia del administrador de los condes de Puerto Llano, luego duques de Fernán Núñez, tras su ascenso como personas importantes y su traslado a la corte de Madrid.





Situamos su origen al menos en época de los Reyes Católicos, aunque dado que los antecedentes ubican en sus proximidades un asentamiento musulmán, es lógico presuponerle a este edificio un origen musulmán, sabemos de numerosas reparaciones y restauraciones, siendo quizás la mas importante la sufrida a finales del siglo XVIII, que es prácticamente una derribo de las estructuras y una construcción nueva. De hecho la planta y fisonomía actual difiere muchísimo de lo reflejado por el plano/dibujo  del catastro del Marques de Ensenada. Eso no quiere decir necesariamente que existan restos soterrados más antiguos, motivo por el cual planteamos una intervención preventiva de control para contrastar o descartar su existencia. 



A tal efecto con el fin de corroborar el interés del edificio como inmueble histórico, y los posibles restos arqueológicos soterrados se procedió a realizar una intervención arqueológica consistente en tres zanjas de control en el patio, más un sondeo arqueológico en el interior de la casa. La estratigrafía de los sondeos mecánicos y el sondeo manual nos refleja una secuencia con escaso relleno donde predomina la ocupación de época moderna del espacio, entre el material recuperado destaca los hallazgos monetales que son el objeto de estudio que hoy presentamos. La secuencia arranca en momentos musulmanes, con un pequeño lote residual de material cerámico de época nazarí (siglo XV) consistente en fragmentos de ataifores y  jarritas con vidriado melado y líneas de manganeso, entre la que destaca un fragmento decorado con cuerda seca.



Todas las monedas estudiadas han sido recuperadas en los sondeos exteriores y, dentro de este conjunto, destaca una pieza con número de inventario 65, que se localiza embutida en la argamasa de un pavimento empedrado que identificamos con parte de una calle.





Figura 4: Detalle del hallazgo de una moneda de cobre empotrada o encastrada dentro de la argamasa del pavimento. Zanja I, U.E.8, número de inventario 65.



2. Conjunto monetal estudiado



El conjunto numismático contextualizado en la excavación se compone de 10 piezas que abarcan desde finales del s. XVI a inicios del XVII, entre las que localizamos y estudiamos un conjunto de resellos que llegan hasta 1654-55. En primer lugar debemos comentar que desgraciadamente no se pudo observar ceca de acuñación ni los ensayadores aunque si la procedencia de los resellos (López de la Fuente, 2011).







Figura 5. Piezas del conjunto monetal estudiado.







Esta moneda tiene un resello. El primer resello corresponde al año 1641 con un valor de VIII maravedíes con un anverso con VII y dos puntos y el reverso con la fecha 1641 coronada. Por pragmática de 1641 (11 del febrero) las monedas de 4 mrvs se resellan a VIII. No podemos indicar más sobre la ceca por el estado de conservación de la moneda. Sin embargo, debe hacerse notar que las principales cecas reselladas fueron Madrid y Sevilla.





Esta moneda, en mal estado de conservación, aparece con dos resellos. El primero posiblemente corresponda a 1641, con un claro valor de VIII maravedíes. Presenta un segundo resello, que interpretamos como de 1651-1652, con un valor de 8 mrvs. El anverso es un 8 en orla (no visible) y un reverso no determinado, que sería correspondiente a la pragmática del 11 de noviembre de 1651.



  


Presenta un claro resello de 1641, correspondiente a la pragmática de 11-02-1641, mediante la cual se resellan las monedas de 4 a 8 mrvs. En este caso, aparece en el anverso VIII con dos puntos y en el reverso 1641, con una corona y forma del resello que claramente apuntan a la ceca de Granada.





Presenta un claro resello de VIII mrv de la ceca de granada de 1641. Se plantea la duda de si es una moneda de 8 mrvs de 1625, devaluada a 4 mrvs (Centeno, 2006).





El pésimo estado de conservación de esta moneda hace que sólo se pueda indicar que tiene un único resello, con valor de 8 en orla y fecha en óvalo de 1652.







Esta moneda aparece con un resello de 1603 de IIII mrvs coronado, correspondiente a la ceca de Sevilla por pragmática de 162[JWM3] . Además, está resellada por segunda vez a VI mrvs con fecha 1636 apareciendo el VI en el anverso y en el reverso solamente se puede apreciar ...6. En 1636 las piezas resellas en 1603 de IIII mrvs (II mrvs en 1601) pasan a valer VI mrvs. Por último, el tercer resello corresponde a 1654-1655 a IIII mrvs la fecha está frustra que sirvió para dar valor a la monead acuñada antes de 1597 o calderilla que no se había retirado de circulación. Hay que apuntar que este resello está claramente sobre el de VI mrvs. Por tanto, sobre esta moneda se planteó la necesidad de evaluar su contenido en plata.






Dado los resellos que porta, la fecha de esta moneda debe ser anterior a 1603. El primer resello data de 1603 a 4 mrvs apareciendo IIII, ya que por pragmática de 18 de septiembre de 1603 las piezas de 2 mrvs pasan a 4 mrvs. Por tanto, esta pieza debería contener algo de plata. Porta, además, un segundo resello de fecha 1654-1655 con un valor de IIII mrvs.




Análisis arqueométrico



En el marco de otras investigaciones en curso, se aprovechó para analizar las monedas objeto de este trabajo con microscopía electrónica de barrido en los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación (SCAI) de la Universidad de Málaga, utilizando un microscopio modelo JEOL JSM-6490LV equipado con una unidad de microanálisis EDX modelo OXFORD INCA Energy 350. Esta unidad tiene un detector de Si(Li) con ventana atmosférica superfina (SATW) capaz de detectar elementos desde Be hasta U. Antes de realizar los análisis, se optimizaron las condiciones de medida el equipo, utilizando como patrón una lámina de Cu puro. Las condiciones de operación para todos los análisis fueron las siguientes: 20 kV, 104 μA, una distancia de trabajo (WD) de 12 mm, y un tiempo de medida de 100 segundos en todos los casos. Los espectros obtenidos se analizaron en el programa INCA suite versión 4.11. Desafortunadamente no ha sido posible realizar una limpieza mecánica de la pátina previa a los análisis. En cada pieza se han realizado cinco medidas en áreas diferentes de la pieza. Se ha tomado como resultado el valor promedio de composición obtenido tras este proceso. Dadas las limitaciones impuestas, los resultados han de considerarse semicuantitativos, pero suficientes para comprobar las tendencias en los componentes mayoritarios (Compaña, 2012). Los resultados obtenidos se recogen en la tabla 1.




Tabla 1: Resultados de los análisis mediante SEM-EDX (% peso).



Como se desprende de los datos expuestos en la tabla 1, las monedas están compuestas básicamente por cobre, con las impurezas superficiales esperables debido a la presencia de la pátina. La única excepción la constituye la moneda número 24, en la que se detecta un cierto porcentaje de plata y plomo, este último en mayor cantidad.



Conclusiones



Se ha estudiado una serie de 10 monedas recuperadas en la intervención arqueológica realizada en la Casa del Conde de Alhaurín de la Torre (Málaga). El estudio de los resellos ha permitido fechar el suelo de la estancia en la que se recuperaron entre los siglos XVI y XVII. Adicionalmente, se ha realizado un análisis arqueométrico de las monedas para determinar si presentan, o no, contenido en plata. El estudio numismático apunta a las piezas inv_024 e inv_065 como candidatas presentar liga en plata y se mantuvieran aún en circulación, pero la presencia de plata sólo se ha confirmado en la moneda inv_024.



Bibliografía

Baquero, J. (2010): Toponimia del término municipal de Alhaurín de la Torre (Málaga), Alhaurín de la Torre.

Baquero, J. (2011): Alhaurín de la Torre en los siglos XVI y XVII, Alhaurín de la Torre.

Base de Datos de Patrimonio Inmueble de Andalucía, Municipio Alhaurín de la Torre, signatura 290070072. Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Junta de Andalucía, documentación publicada en la Web de la Junta de Andalucía.

Bejarano, F. (1932): Los libros de repartimientos de Málaga, Málaga (Tomo I, pp. 304-306).

Benítez, J. (1996): “Escudo heráldico”, La Fontana 3, Alhaurín de la Torre.

Centeno, J. (2006): Las monedas reselladas de Felipe III y Felipe IV (1603-1659), Córdoba.

Compaña, J.M. (2012): “Técnicas instrumentales aplicadas a metalurgia numismática: posibilidades y limitaciones”, en Cebreiro, F. (Ed.), Introducción a la historia monetaria de Galicia (s. II a.C. – XVII d.C), Santiago de Compostela, pp. 199-237.

De Molina, J.M. (2005): Historia de Alhaurín de la Torre en la Edad Moderna. 1489-1812,. Colección La mirada de la Torre. Concejalía de Cultura. Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre. 2005. Páginas 52 y 53.

Garcia-Goyena, L. (1907): Documentos Históricos de Málaga. Recogidos directamente de los originales, Granada (Tomo II, pp. 114-123).

Gozalbes, C. (2004): “La evolución de la fortificación Medieval en al-andalús y en el Norte de África: aspectos generales”, en Actas de las I Jornadas de Estudio sobre fortificaciones y Memoria Arqueológica del hallazgo de la muralla y Puerta Califal de Ceuta, Ceuta, pp. 53-75.

Huesca, M.A. (2005): El aprovechamiento de las formas geológicas para uso domestico periférico: el caso del barrio Viejo de Alhaurín de la Torre, Alhaurín de la Torre.

López de Coca, J.E. (1977): La tierra de Málaga a fines del siglo XV, Granada.

López, J.L. (2011): Los Maravedíes de los Austrias,

Madoz, P. (1845): Diccionario Geográfico-Estadístico- Histórico de España y sus posesiones en Ultramar, Madrid.

Santamaría, J.A. (1994): “Alegaciones al Plan General de Ordenación Urbana de Alhaurín de la Torre”. Registro de entrada de la Conserjería de Cultura y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga, nº 1794 de 21 de Abril de 1994.

Santamaría, J.A. (1997): "Impresiones acerca de Alhaurín de la Torre Musulmán: El Barrio Viejo. ¿Laulin? (I)”, Fontana IX, Alhaurín de la Torre.

Santamaría, J.A. (1997): "Impresiones acerca de Alhaurín de la Torre Musulmán: El Barrio Viejo. ¿Laulin? (II)”, Fontana IX, Alhaurín de la Torre.

Santamaría, J.A. (2004): “Catálogo de yacimientos del término municipal de Alhaurín de la Torre, Málaga”. Trabajo encargado por el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre”, dentro del contrato de trabajo Carta de Riesgo Arqueológico del término Municipal de Alhaurín de la Torre. Número de Registro 2233, de fecha 18 de febrero de 2004. Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre. Málaga.

Santamaría, J.A. (2010): “Informe técnico de patrimonio Inmueble Histórico y Artístico del sector Callejones para el plan parcial de reurbanización del sector”. Alhaurín de la Torre, Málaga. 2010. Octubre de 2010. Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre.

Santamaría, J.A. Rosales, J. (1998): Actualización y Revisión del Inventario de Yacimientos Arqueológicos de Andalucía 1998, Delegación Provincial de Cultura de Málaga.