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viernes, 1 de mayo de 2015

La Cantera del Zorro: un nuevo asentamiento pre y protohistórico en la cuenca baja del río Guadalhorce (Málaga).

Artículo publicado en la revista Mainake, XXXIV / 2013 / pp. 355-362 / ISSN: 0212-078-X
José Antonio Santamaría García (CEFYP).
José Suárez Padilla (CEFYP).
Alfredo Mederos Martín (CEFYP. Universidad Autónoma. Madrid).



Antecedentes.

El horizonte pre y protohistórico del yacimiento de la Cantera del Zorro es el resultado de un hallazgo casual, realizado tras haberse producido un importante movimiento de tierras a finales del año 2001 vinculado a la construcción de un vial y zonas verdes de la barriada Huertas Altas, en Alhaurín de la Torre, Málaga. El material arqueológico recuperado procede de las terreras resultantes de dichos trabajos, que habían quedado acopiadas en el límite de dichas obras apoyando contra la ladera del cerro.

Fig. 1. Localización del yacimiento arqueológico de la Cantera del Zorro (Alhaurín de la Torre) en el marco de la Bahía de Málaga.



Fig. 2. Detalle de ubicación del yacimiento pre y protohistórico de la Cantera del Zorro.
La Cantera del Zorro era conocida como sitio arqueológico desde hace tiempo especialmente por su horizonte altomedieval, habiéndose propuesto que algunas de las construcciones practicadas en la roca fuesen estructuras de época mozárabe, con uso conventual[1]. El yacimiento se incluyó en la Actualización y Revisión del Inventario de Yacimientos Arqueológicos de Andalucía, apareciendo en la Base de Datos de Patrimonio Inmueble de Andalucía, Municipio Alhaurín de la Torre, con las signaturas 290070026 y 290070027.

Se encuentra en la ladera baja de un suave promontorio que forma parte de las primeras estribaciones occidentales de la Sierra Llana, colindante con la Sierra de Mijas (Fig.1-2). La cota máxima del sitio es de 184 m.s.n.m, y una coordenada central UTM sería: X: 360002.00; Y: 4057834.00.

La roca arenisca está emergente en numerosos sectores, con evidencias de haber sido trabajada en distintas épocas y para distintos fines (Fig.3), que incluyen actividades de cantería en época moderna[2]. Algunas substrucciones, de planta circular con posibles accesos, podrían corresponder a cuevas artificiales de época prehistórica, aspecto difícil de comprobar ya que, en su mayoría, están lavadas por la erosión.


Fig. 3. Vista de la ladera Noroeste del yacimiento de la Cantera del Zorro, Alhaurín de la Torre, Málaga. El material se localizó tras haber sido realizado el movimiento de tierra que se observa en primer término.
El asentamiento domina tierras de vega con buen potencial agrícola, y la inmediatez de la propia Sierra garantizaría la práctica de la ganadería y de actividades cinegéticas, resultando cómoda la posibilidad de acudir al litoral cercano y practicar posibles actividades pesqueras o de marisqueo. Tampoco se puede descartar un posible aprovechamiento de las cercanas mineralizaciones metálicas de la zona, destacando la riqueza en este tipo de recursos de sitios como el “Llano de la Plata”, con presencia de menas de cobre, plata, plomo e hierro.

Es necesario destacar, que la información arqueológica disponible sobre este yacimiento es aún muy escasa y preliminar. Aún así, el valor datante de algunos de los hallazgos, que permiten encuadrarlo en momentos avanzados de la Prehistoria Reciente y primeras relaciones con los fenicios, así como su ubicación en un ámbito geográfico de gran interés precisamente para la investigación de estos temas de “contacto cultural” durante la protohistoria del Sur de la Península Ibérica, aconsejan al menos aportar la noticia de su existencia, razón principal de este trabajo.

El material arqueológico.

Los hallazgos realizados en el sitio son de naturaleza diversa. Es significativa la presencia de industria lítica, tanto tallada como pulida. A la primera corresponden varias hojas denticuladas (Fig.4), con huellas de lustre, que permiten identificarlas como dientes de hoz. El predominio de este tipo de objetos dentro de los útiles identificados en los yacimientos de la Prehistoria Reciente de Málaga se vincula, por lo general, a sitios fechables en momentos del Bronce Inicial o Medio[3].

Fig. 4. Industria lítica tallada. Dientes de hoz. Cantera del Zorro, Alhaurín de la Torre, Málaga.

Entre los objetos pulidos se encuentran varias manos de molino y una pieza con una acanaladura central, que recuerda considerablemente a los denominados “martillos de minero”, bien documentados en contextos del Suroeste de la Península Ibérica especialmente a partir de la Edad del Bronce, y con mayor frecuencia, en el Bronce Final[4] (Fig.5). No obstante, aunque las similitudes tipológicas con este tipo de piezas son evidentes, su pequeño tamaño obliga a ser cautos en cuanto a su adscripción funcional.

Fig. 5. Industria lítica pulimentada. Mano de molino y posible martillo de minero. Cantera del Zorro, Alhaurín de la Torre, Málaga.


Otra interesante pieza en piedra pulimentada corresponde a un “brazalete de arquero”, del que se conserva un extremo, con una perforación. Estos objetos, son especialmente frecuentes en contextos funerarios, caso del Lagar de las Ánimas (Málaga)[5], pero están escasamente documentados en poblados. Un paralelo de estos últimos casos se conoce en la Fase VI del poblado de Capellanía (Periana), fechado a inicios del II milenio[6].

Dentro del conjunto de hallazgos, destaca la cerámica (Fig.6), mayoritariamente elaborada a mano, excepto un único caso, correspondiente al asa de un contenedor torneado. A nivel macroscópico, las producciones se identifican mayoritariamente con producciones locales, observándose desgrasantes de tamaño diverso compatibles con la geología local. Las cocciones se llevan a cabo en atmósferas mixtas, con acabados, que por lo general, aportan coloraciones grisáceas y parduscas en las superficies exteriores de los recipientes. Los tratamientos de las pastas van desde groseros a alisados, que son dominantes, y, ocasionalmente, bruñidos.

Dentro de las producciones a mano, se diferencian formas abiertas y cerradas. Sólo en dos casos identificamos motivos decorados. Con respecto a las formas abiertas, se cuenta con cuencos de perfil hemiesférico (CZ/SUP-09), junto a fuentes de borde biselado (CZ/SUP-01). Con respecto a los primeros, no aportan valor datante, aunque merece la pena recordar el protagonismo que alcanzan en yacimientos con secuencias del II milenio, especialmente en las fases atribuidas a momentos del Bronce Antiguo y Pleno, caso del Llano de la Virgen, donde se hacen especialmente frecuentes en los Estratos II y III[7]. Las fuentes de borde biselado sí permiten una mayor precisión cronológica. Se identifican en los niveles más profundos del Llano de la Virgen, concretamente en los Estratos IV y V, en el horizonte fechado a finales de la Edad del Cobre[8].



Fig. 6. Cantera del Zorro. Alhaurín de la Torre, Málaga. Material cerámico.
Entre las formas abiertas se encuentra el borde de un cuenco previsiblemente de perfil carenado, con borde exvasado y labio apuntado, decorado con un motivo inciso consistente en un zigzag conformado por tres líneas paralelas, que apoyan sobre otras dos horizontales (CZ/SUP-10). El mejor paralelo para esta pieza se localiza en la Fase VIII de Capellanía, en Periana, en un horizonte fechado a inicios del I milenio a.C.[9].

Con respecto a las formas cerradas, se cuenta con vasos de cuerpo globular, carena o inflexión y cuellos verticales (CZ/SUP-04), que remiten también a momentos del Bronce, con paralelos en el Cerro de la Peluca[10], así como ollas/orzas de perfil en “S”, típicas de momentos del Bronce Pleno en sitios como la Peña de los Enamorados (Antequera)[11], o el Llano de la Virgen, en los Estratos II y III[12]. Se han localizado fondos planos de vasos, propios también de momentos del Bronce Final.

Especialmente interesante resulta el fragmento de galbo de lo que debe de ser una pieza de perfil previsiblemente convexo-cóncavo (CZ/SUP-11). El tratamiento del fragmento es alisado, con desgrasante de tamaño medio-grande de naturaleza esquistosa, propio de la región. El trozo conservado se ubicaría en la proximidad del borde, y presenta decoración, consistente en una metopa a base de triángulos rellenos de líneas paralelas realizadas mediante incisión o puntillados poco marcados, sin relleno de pasta blanca, semejante a las variantes de la técnica de “boquique” presente en ejemplares del estrato V/Sur de la Cuesta del Negro (Purullena, Granada)[13]. El motivo decorativo también se recoge entre los de estilo Cogotas I documentados en Andalucía Occidental[14].

El único fragmento correspondiente a una pieza elaborada a torno es un trozo de un asa, que formó parte de un ánfora de tipología fenicia occidental (CZ/SUP-28). Elaborada en atmósfera oxidante, presenta desgrasantes compatibles con la geología local. Se trata de un contenedor de formato pequeño-medio, que podría corresponder previsiblemente a las producciones más arcaicas de este tipo de contenedores en el ámbito de Andalucía oriental, las T.10.1.3.1 o las T.10.1.1 de Ramon, fechables a la largo del siglo VIII a.C., presentes en las facies M1 y M2 descritas por el autor[15]. Por estas fechas, ya está documentada la producción de ánforas en los talleres cerámicos del Cerro del Villar[16].

La Cantera del Zorro en el marco del poblamiento de la Prehistoria Reciente y la Protohistoria de la Bahía de Málaga.
Desde finales del III milenio, es decir, en momentos del periodo conocido convencionalmente como Cobre Final, así como en los primeros momentos de la Edad del Bronce, el poblamiento de la comarca parece estar organizado en base a asentamientos de altura con buena visibilidad, que controlan tierras con posibilidades agropecuarias y que dominan las vías de comunicación más importantes. Las viviendas de estos poblados se disponen por lo normal a media ladera de los promontorios, sobre terrazas, acondicionadas para tal fin.

En la Bahía de Málaga destacan los poblados del Cerro de la Peluca o San Telmo[17]. El primero controla uno de los principales accesos naturales hacia el interior, sobre la margen izquierda del río Campanillas. En la dirección a la cuenca media del río destaca el Hacho de Pizarra, con un patrón de asentamiento semejante. Ya en las inmediaciones de Coín se localiza el importante poblado del Llano de Virgen[18], uno de los que, previsiblemente, mejores paralelos presentarían en su secuencia estratigráfica con la Cantera del Zorro, y de los pocos que estarían ocupados de forma aparentemente ininterrumpida a lo largo de la Edad del Bronce. Se ubica sobre un promontorio que conforma en su cima una plataforma de grandes dimensiones.

Las secuencias del denominado Bronce Tardío y de los primeros momentos del Bronce Final están mal representadas en la cuenca baja del Guadalhorce, de ahí el interés, entre otros aspectos, del yacimiento de la Cantera del Zorro. La cerámica con decoración tipo Cogotas I es uno de los referentes cronológicos del momento. Yacimientos de esta época se localizan en la cuenca media del río. Se trata de sitios aún mal conocidos, en los que se han detectado algunas cerámicas en superficie[19].

En el entorno de la Bahía de Málaga, el hallazgo de una orza de tipología del Bronce Final en la necrópolis del Cerro de la Peluca podría permitir plantear la continuidad del hábitat del sitio o de otro lugar inmediato en estos momentos[20].

Se ha propuesto que las desembocaduras de los ríos más importantes del Sur de la Península Ibérica fueron lugares idóneos para propiciar encuentros entre las poblaciones de finales de la Edad del Bronce y grupos de comerciantes procedentes del Mediterráneo central y oriental entre los siglos XIII-X a.C. La presencia de cerámicas tipo Cogotas I suele ser un referente arqueográfico para identificar los asentamientos de esta época, manifestando el interés local por el establecimiento en lugares con buenas posibilidades portuarias, sitios como el Peñón de Salobreña, la Ría de Huelva o la propia Bahía de Cádiz [21].

Los hallazgos realizados en la Cantera del Zorro permiten identificar este asentamiento como coetáneo a los anteriormente citados, evidenciando la existencia de poblamiento prefenicio en el entorno del estuario del río Guadalhorce, que se sumaría a los ámbitos ya descritos. En este sentido, durante el siglo IX asistimos a la creación en la Bahía de Málaga de sitios como San Pablo[22], localizado en una suave colina localizada en la margen derecha del río Guadalmedina. En el piedemonte de la Sierra de Mijas, pero hacia el Oeste, y también con clara vocación costera, surge el asentamiento del Cerro de la Era, que tendrá ya continuidad hasta época púnica[23].

Cambios en el poblamiento a partir del siglo IX a.C., con indicios para pensar en la existencia de un mayor interés indígena por la presencia en sitios cercanos al litoral se observan también en la costa oriental de Málaga, donde por estas fechas se constatan cambios en el poblamiento, que coinciden con el abandono de Capellanía (Periana) adquiriendo posiblemente un mayor protagonismo el Cerro de la Alcazaba de Vélez[24]. En el interior se observa continuidad en los asentamientos más importantes del milenio precedente, caso de Acinipo y Ronda[25].

Es en momentos del último cuarto del siglo IX y el primero del siglo VIII a.C., con presencia de cerámicas del Geométrico Medio II, cuando la presencia fenicia en el entorno de la desembocadura del río Guadalhorce quedaría atestiguada directamente gracias a los hallazgos realizados en el asentamiento de la Rebanadilla[26]. El hallazgo de materiales cerámicos del Bronce Final local en este lugar desde un primer momento, indicaría como desde sus orígenes este proyecto fue resultado de la consolidación de las relaciones establecidas con los vecinos poblados indígenas.

La presencia de un fragmento de ánfora fenicia arcaica en el yacimiento de la Cantera del Zorro indicaría que yacimientos como este, de la Edad del Bronce, localizados en el entorno de la desembocadura del río Guadalhorce, se incorporan a esta nueva coyuntura. Es destacable la circunstancia de que este tipo de contenedores se enmarcan dentro de los primeros bienes de consumo elaborados en las factorías fenicias que se distribuyen hacia los asentamientos indígenas de su periferia desde un principio[27].


En este sentido, sitios como la Cantera del Zorro se convierten en el referente que permite confirmar la existencia de un poblamiento previo e inmediato a la instalación estable de los orientales, y observándose las primeras evidencias materiales de los contactos establecidos con los mismos.

La consolidación de estas poblaciones foráneas en el bajo Guadalhorce entre los siglos IX-VIII a.C., lleva en paralelo la continuidad de antiguos poblados indígenas surgidos décadas antes, caso de San Pablo[28], y la creación de otros nuevos en la comarca. A esta fecha corresponderían los restos de cabañas detectados en la falda noroeste del promontorio de Cártama[29] el poblado de Taralpe Alto (Alhaurín de la Torre)[30], y hacia la cuenca media del río, sitios como la Hoz de Peñarrubia o Pico de Vado Real[31].

Bibliografía:

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Notas:

[1] Gozalbes, 1989.
[2] Baquero, 2010:57
[3] Marquez, 1998.
[4] Pérez y Rivera, 2012: 495
[5] Baldomero, 1997: 330
[6] Martín Córdoba, 1993-94: 26
[7] Fernández, Ferrer, Marqués, 1991-92: 9.
[8] Fernández, Ferrer, Marqués, 1991-92: 17.
[9] Martín Córdoba, 1993-94: 30.
[10] Baldomero, 1997: 331.
[11] Moreno, Ramos, 1982-1983.
[12] Fernández, Ferrer, Marqués, 1991-92: 9.
[13] Molina González y Pareja, 1975: fig. 67/272.
[14] Amores y Rodríguez Hidalgo, 1984-85: 89 fig. 6/11.
[15] Ramon, 2010.
[16] Delgado, 2008.
[17] Baldomero, Ferrer, 1997.
[18] Fernández, Ferrer, Marqués; 1989-90.
[19] Martín et al., 2001: 175.
[20] Baldomero, 1985: 127.
[21] Delgado, 2010.
[22] Melero, 2004: 243.
[23] Cisneros y Suárez, 1999.
[24] Martín Córdoba, 1993-94.
[25] Carrilero, 2000: 205.
[26] Sánchez et al., 2012: 69 ilus. 2, 75 ilus. 12.
[27] García Alfonso, 2007.
[28] Fernández et al., 1997.
[29] Melero, 2012.
[30] Santamaría, Suárez, Ramón, 2012.
[31] Recio, Ramos, Martín, 1993.